Balleneros vascos en Canadá

En enero de 2012, entrevisté a Joan Fontcuberta para La Vanguardia. Quedamos en el hotel Le Méridien, en Barcelona, muy cerquita de la rambla, donde el fotógrafo tiene aún expuesto un trabajo. Sentados cómodamente en unos sillones de la cafetería del hotel, la conversación fluía y fue realmente fascinante. Y entre las muchas cosas que aprendí de este artista, premio nacional de ensayo, es que quizás fueron los vascos los que primero llegaron a América del Norte, antes incluso de que Colón «descubriera» el continente.

Resulta que la mujer de Fontcuberta es canadiense y en uno de los frecuentes viajes que realizan por aquellas tierras vio un cartel que indicaba «isla de los vascos». Aquello llamó su atención y se puso a investigar. Es así como, tiempo después, publicó un trabajo La isla de los vascos (ed. 2004), sobre la llegada de este pueblo a Canadá en el siglo XV. Durante aquella entrevista que le hice, Fontcuberta me habló de aquella exposición fotográfica suya y libro sobre la hazaña vasca, y mientras él me relataba sus pesquisas, yo ya pensaba que aquel era un gran tema que propondría a Historia y Vida. Y así fue.

Al llegar a casa me puse a investigar un poco, vi que los vascos habían dominado la caza y el comercio de ballenas y bacalao durante el siglo XVI y que solían pescar en la costa canadiense. Con sus pequeñas embarcaciones, cruzaban el océano, se enfrentaban a durísimas condiciones climáticas y durante tres meses cazaban cetáceos en aguas de Labrador y Terra Nova, dos regiones al noroeste canadiense. Tal era la implicación vasca en  aquellos lares que incluso crearon junto a los indios que habitaban allí una lingua franca que mezclaba palabras en Euskera con la lengua indígena. Y de hecho, en la cosmogonía de una de las primeras naciones canadienses, se dice que ellos proceden de una mujer mikmak y un vasco.

Me parecía una historia fascinante. La propuse en la revista, me la compraron. Y la cosa aún mejoró más, porque al final acabé embarcándome en la historia de Selma Huxley Barkham, una mujer viuda y con cuatro hijos pequeños, gracias a la cual hoy en día sabemos todo lo que sabemos de la aventura vasca en Canadá. Su hijo, Michael Barkham, me ayudó muchísimo a hacer este reportaje, con paciencia y pasión. ¡Muchísimas gracias, Michael!

Este reportaje se publicó en la revista Historia y Vida del mes de octubre de 2012.

Lee el reportaje en PDF: HYV 535 Arqueo Tesoros vascos

 

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