Las caras de Atapuerca

Muchos llegaron de estudiante y quedaron atrapados por la fascinación que despierta este yacimiento arqueológico, el más importante del mundo. En verano, cambian el laboratorio por las cuevas, el ordenador por cinceles, para adentrarse en las entrañas de la humanidad.

(Perfiles publicados en el suplemento de La Vanguardia & ABC ‘Código Único’ el 26 de febrero de 2015)

Fotos: Dani Duch

Fotos: Dani Duch

 

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Juan Luis Arsuaga

Paleoantropólogo, codirector del yacimiento de Atapuerca.

“Como todos los yacimientos, el de la Sima de los Huesos nos cuenta un relato que nos permite completar nuestra biografía”, explica este científico que lleva 33 años en Atapuerca, 24 como codirector. Durante la campaña de excavación, cada día debe atravesar diversas salas a oscuras hasta descender por un angosto pozo de 13 metros y llegar a una cavidad de apenas un metro de altura, su “oficina”.

Eudald Carbonell

Arqueólogo y codirector del yacimiento de Atapuerca

Llegó a estos yacimientos en 1976 y desde entonces se ha centrado en el estudio de la tecnología de la prehistoria “Intentamos descifrar para qué sirve cada cosa y eso nos dice tanto el nivel de desarrollo tecnológico que tenía una sociedad como su capacidad intelectual”. Para este científico, es apasionante “saber que quedan entre 2000 y 3000 años más de excavaciones en la Sierra de Atapuerca”.

Pilar Fernández

Conservadora restauradora de bienes arqueológicos

Tras estudiar química, continuó con restauración. “Lo más habitual era decantarse por pintura, pero a mí me atraía la arqueología. Nunca imaginé acabar en Atapuerca ni trabajando en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos”. Su trabajo consiste en extraer los fósiles y restaurarlos haciendo que conserven el máximo de información posible.

Nuria García

Bióloga, especialista en el estudio de los fósiles de oso

La Sima de los Huesos es uno de los mayores misterios de la paleoantropología mundial. ¿Qué sucedió en esa estrecha cavidad, a 13 metros de profundidad, en la que se han encontrado los cadáveres de 28 individuos y 200 osos? Esta bióloga trata de arrojar luz sobre el tema estudiando a aquellos enormes mamíferos, parientes de los populares osos de las cavernas. “Hemos encontrado marcas de mordisqueos en huesos de homínidos y también de osos, lo que implica que se medio comían unos a otros”.

Rolf Quam

Paleoantropólogo, especialista en el estudio del sistema auditivo

“Hemos podido reconstruir cómo oían estos homínidos de hace 450.000 años”, explica este investigador norteamericano. Y eso es muy importante porque está estrechamente vinculado con la capacidad de hablar de los habitantes de la Sima de los Huesos. “Tenían un patrón auditivo semejante al nuestro y distinto del de los chimpancés. Podían comunicarse en la misma frecuencia que nosotros. Por tanto, puede que tuvieran un lenguaje simbólico, como los Homo sapiens”.

José María Bermúdez de Castro

Paleoantropólogo y codirector del yacimiento de Atapuerca.

“Los dientes son una especie de caja negra con mucha información sobre la vida de una persona. Si cortas uno y lo miras al microscopio puedes llegar a determinar la causa de la muerte de un individuo. Y podemos extraer ADN, porque en la cavidad dental se conserva muy bien”, explica este especialista en antropología dental, que llegó a Atapuerca en 1983.

María Martinón

Médico. Especialista en paleopatologías y en paleobiología dental

“De formación soy médico y creo que es la disciplina más completa para aproximarse al estudio de seres humanos del pasado, porque pretendemos que los fósiles de alguna manera vuelvan a estar un poco vivos”, explica. A través de las marcas en los huesos que dejaron las enfermedades que sufrieron nuestros antepasados, esta investigadora trata de desgranar cómo vivían.

Ana García

Paleobióloga, estudia las enfermedades que padecían los homínidos

“En la universidad, vino a darnos una clase Ignacio Martínez, investigador en Atapuerca. Tras escucharlo, me dije que yo tenía que ir allí”. De eso ya hace 28 años y “sigue siendo apasionante, casi de Indiana Jones”. García estudia cómo morían nuestros antepasados para saber la vida que llevaban. “Los fósiles nos cuentan su historia personal, por eso tienen nombre: Benjamina, Miguelón, Elvis.. Son como mi otra familia”.

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